
La electroestimulación es una metodología muy utilizada en la ciencia aplicada al deporte. Más conocida como estimulación eléctrica muscular o estimulación eléctrica neuromuscular (las siglas son EMS/EENM), tiene diferentes usos y beneficios.
Al contrario que la contracción voluntaria iniciada por el sistema nervioso central, la electroestimulación implica contracciones involuntarias provocadas por una corriente eléctrica aplicada al nervio/músculo. La eficacia de esta técnica se ha evaluado en numerosos estudios que examinan la fuerza y el rendimiento físico. En este artículo revisaremos investigaciones que examinan el efecto de la EMS en el aumento de la fuerza y la potencia, especialmente en el rendimiento deportivo.
Programas de entrenamiento de electroestimulación
La electroestimulación (EMS) implica la activación artificial del músculo con un protocolo diseñado que minimiza las molestias asociadas al estímulo. Se ha utilizado durante mucho tiempo para complementar o sustituir la activación muscular voluntaria en muchos entornos de rehabilitación; por ejemplo, para la reeducación de la acción muscular, para facilitar la contracción, el fortalecimiento y el mantenimiento de la masa y la fuerza muscular durante períodos prolongados de inmovilización. Los programas de entrenamiento de EMS se están utilizando con mucho éxito en atletas de competición, como por ejemplo Karim Benzema.
Las configuraciones típicas para un ejercicio de EMS conllevan la aplicación de estímulos eléctricos suministrados a través de electrodos de superficie. Estos electrodos están colocados sobre el núcleo muscular (punto motor) para lograr la mejor estimulación. Por eso es importante conocer los parámetros del estímulo, cómo se desencadenan las contracciones y el efecto de la EMS en la función neuromuscular. De este modo, es posible optimizar su uso y minimizar los posibles riesgos.
Parámetros de la electroestimulación
Los principales parámetros de estímulo para la EMS, establecidos por las características fisiológicas de los nervios y los músculos, incluye:
1.- La frecuencia (número de impulsos por segundo).
2.- La intensidad del estímulo.
3.- Ancho del pulso.
4.- Ciclo de contracción, y tiempo de descanso (para minimizar la aparición de fatiga, podría ser descanso activo).
5.- Rampa (para reducir la brusquedad de la contracción y mejorar el confort).
6.- Material, tamaño y colocación de los electrodos.
La contracción de unidades musculares
Durante las contracciones, las unidades motoras se activan según su tamaño y umbral de contracción; es decir, las unidades musculares pequeñas de bajo umbral se pueden activar antes que las grandes de alto umbral. Así, la EMS puede utilizarse para activar unidades motoras rápidas con niveles de fuerza relativamente bajos. La consecuencia de estos patrones únicos de contracciones de las unidades motoras es el coste metabólico alto de una contracción EMS.
En comparación con una acción voluntaria de la misma intensidad, la EMS provoca una fatiga muscular mayor y más temprana para reclutar hasta un 30% más del músculo electroestimulado. Estas diferencias sobre las unidades musculares y, por tanto, en la demanda metabólica entre las contracciones provocadas eléctricamente y las voluntarias, constituyen un argumento a favor de la combinación de estas 2 modalidades de activación en el contexto del entrenamiento deportivo.
Efecto del entrenamiento de EMS en la fuerza muscular
Los estudios sobre entrenamiento realizados en los últimos 30 años han demostrado que es posible obtener mejoras significativas de la fuerza muscular. Sobre todo de los músculos de las extremidades inferiores, tanto en atletas aficionados como los de competición de cualquier nivel.
Los aumentos de la fuerza muscular inducidos por el entrenamiento de EMS están producidos por el aumento de la activación muscular, especialmente en el caso de los programas de entrenamiento de corta duración. Por otra parte, los entrenamientos de EMS de mayor duración pueden provocar cambios morfológicos en el músculo (como la hipertrofia muscular).
En los músculos de personas con lesión o en postoperatorio, las ganancias en fuerza inducidas por el entrenamiento EMS son complementarias e incluso mayores a las que se pueden conseguir con el entrenamiento tradicional. Para el caso de los cuádriceps en periodo de recuperación, el entrenamiento de EMS es mucho más eficaz que el entrenamiento voluntario.
Efecto del entrenamiento de EMS en el rendimiento deportivo
Varios estudios con atletas deportivos, tanto individuales como de equipo, han informado de una mejora significativa de la fuerza máxima tras el entrenamiento con EMS. Evaluado con dinamómetros isocinéticos o isométricos, en algunos casos incluso se ha producido una mejora de la producción de potencia anaeróbica; por ejemplo, el salto vertical y la capacidad de esprintar, evaluados con plataforma de fuerza y células fotoeléctricas. Por supuesto, estas mejoras afectan positivamente al rendimiento en competición.
El rendimiento de los movimientos complejos que requieren altos niveles de coordinación neuromuscular mejora ostensiblemente si la EMS se utiliza junto con un ejercicio «técnico» voluntario; por ejemplo, con la pliometría. Como recomendación práctica para el rendimiento deportivo, el entrenamiento de EMS puede utilizarse para mejorar la fuerza muscular y el rendimiento anaeróbico sin interferir excesivamente con el entrenamiento específico del deporte, sea del tipo que sea.
La intensidad de la corriente eléctrica (en miliamperios) y la fuerza provocada (como porcentaje de la contracción voluntaria máxima), están fuertemente correlacionadas, y deben controlarse de forma estricta y constante para poder cuantificar cuidadosamente la intensidad del entrenamiento con EMS. Se recomienda que la EMS sea administrada durante las primeras sesiones de entrenamiento por especialistas en electroestimulación. Las siguientes sesiones deportivas pueden realizarlas entrenadores de atletismo o de fuerza y acondicionamiento, que estén familiarizados con los aspectos metodológicos y fisiológicos del ejercicio de EMS.
Deportistas de alto nivel
El principal interés de utilizar la EMS en el deporte de alto nivel es que esta modalidad podría considerarse como un nuevo estímulo para favorecer la plasticidad; es decir, una nueva forma de estrés desde el punto de vista neuromuscular y metabólico. La EMS puede ser especialmente útil para los deportistas cuyo rendimiento se ha estancado tras varios años de entrenamiento y competición. Pero por supuesto sería un complemento y no un sustituto de las formas de entrenamiento más tradicionales.
Otro punto de interés de la EMS para los deportistas de élite es que una sola sesión de EMS suele requerir menos tiempo (entre 12 y 18 minutos) que las sesiones tradicionales de ejercicio volitivo. Esto es muy interesante para los deportistas que disponen de un tiempo limitado para el acondicionamiento (tenistas, por ejemplo). No es posible sugerir que la EMS pueda sustituir a los métodos tradicionales de entrenamiento de fuerza; en realidad la EMS debe considerarse como un importante complemento de los programas de entrenamiento convencionales/voluntarios.
Un caso de estudio
Las investigaciones en este ámbito han contrastado el efecto de la EMS en la mejora del rendimiento de los atletas de élite en deportes individuales y de equipo. Como el hockey, el baloncesto, el voleibol, el fútbol, el atletismo, la natación, el tenis, la halterofilia y el rugby.
De todos los estudios de EMS realizados en atletas de competición, sólo uno se centró en los efectos del entrenamiento a largo plazo (12 semanas) en jugadores profesionales de rugby. En este estudio, se administró EMS a los músculos extensores de la rodilla, flexores plantares y glúteos mayores de 15 sujetos experimentales. Se comparó con otros 10 individuos sin EMS que sirvieron de control. Después de 12 semanas de procedimientos cuidadosamente supervisados, el grupo de EMS mostró un aumento significativo en el par concéntrico/excéntrico máximo, la fuerza en cuclillas y la altura de salto en cuclillas y en caída, siempre comparado con sujetos control. Según estos resultados, 12 semanas de entrenamiento con EMS tuvieron un efecto significativo en la fuerza y la potencia muscular de los jugadores de rugby de élite.
En resumen, ¿la EMS podría mejorar el rendimiento deportivo? Si se combina adecuadamente con el entrenamiento técnico (por ejemplo, el pliométrico) y se integra lógicamente en la temporada de entrenamiento anual, se podrían conseguir mejoras en las diferentes capacidades. Estas pueden ir desde la capacidad de salto (tanto saltos generales como específicos), a la capacidad de sprint (incluidos los esprints en lanzadera).
La importancia del entrenamiento con electroestimulación en el rendimiento deportivo
Numerosos estudios han demostrado la eficacia de la EMS en individuos sanos no entrenados y entrenados, incluidos los atletas de élite. Algunos estudios apoyan la metodología de la EMS y sus modalidades de entrenamiento para mejorar la calidad contráctil del músculo en condiciones isométricas. Mientras otros apoyan la EMS en combinación con contracciones dinámicas para aumentar la fuerza muscular. Existen diferentes aproximaciones en el protocolo de la EMS.
En conclusión. La EMS es un complemento importante de los programas convencionales de entrenamiento de fuerza para la mejora del rendimiento deportivo. La EMS también puede aplicarse junto con el entrenamiento específico del deporte en programas de entrenamiento periódicos anuales. Y de esta manera, pasar a formar parte de la planificación deportiva de cada temporada para los deportistas de élite.